El nombre Arequipa proviene de la frase quechua “Ari-que pay”, que significa “Sí, aquí nos quedaremos”. La época dorada de Arequipa se identifica con la cultura Churajón, que pobló densamente el valle, construyendo andenes agrícolas e irrigando las tierras.
Esta segunda ciudad más importante del Perú, se encuentra al pie del nevado volcán “El Misti”. Se la llama “La Ciudad Blanca” porque está construida principalmente con “sillar”, una roca volcánica de color blanquecino. Esta noble y hermosa ciudad sureña es una muestra de excelente arquitectura, con sus edificios coloniales, mansiones e iglesias contra un cielo azul perenne; transporta al visitante a tiempos pasados. El bien conservado Monasterio de Santa Catalina es el ejemplo religioso más impresionante de la arquitectura característica de los siglos XVI y XVII.
Arequipa cuenta con hermosas casas coloniales que datan de los siglos XVII y XVIII. Algunas son propiedades privadas, utilizadas como bancos u hoteles y centros comerciales renovados. Desde la ciudad se pueden apreciar las maravillosas vistas de los volcanes “el Misti”, “Chachani” y “Picchu Picchu